lunes, 16 de abril de 2012

ATENCION Y SOSIEGO

"El cine tiene que producir sosiego" (AZORIN)

"¡Cómo resbala la luz en la morbidez!" (AZORIN)

"Cuando se hace algo con fervor se condensa el tiempo. Los minutos se reducen a segundos."
 (AZORIN -fragmento del último texto que publicó-)


Hace unos días releía a Azorín en tanto esperaba al sr Pinzolas para repetir y/o hacer variaciones respecto a tal o cual momento de la película (ya se sabe, el vértigo del creador nunca satisfecho, siempre remiso a dar la última pinzolada). Y así, regresando a DON JUAN o a DOÑA INES o a UN PUEBLECITO o a ESPAÑOLES EN PARIS o a PUEBLO pensaba en lo mucho (¿impremeditado? ¿convergencia evolutiva? ¿troquel recogido en algún pocillo del subconsciente?: no sé de lazos entre mr P y el pequeño filósofo de Mónovar) que asocio la mirada atenta y sosegada de quien descubrió con embeleso el cine al final de sus días y los retablos de escenas, de momentos, de luces y de enigmas que conforman LUCKY VILLAGE, EL TRABAJO DEL ESPECTADOR, EL CIELO EN LA TIERRA o este paseo por el bosque en que me hallo metido y que presentaremos en Málaga el 23 del presente (teatro Echegaray a las 22:00). Esos planos fijos implacables, esas voces en off rehuyendo emociones (con algo atávico en su hieratismo), esos silencios tan cargados de sugerencias al oído, esos remansos pintorescos (en ocasiones vueltos esquinas ominosas), esas constantes y recurrencias (literales unas veces, conceptuales otras) que vertebran su obra me hacen pensar en lo mucho que disfrutaría Azorín hoy con las cosas honestamente inactuales (en su procesión minuciosa de momentos) del sr Pinzolas o también en lo fiel a su autor que podría ser una traslación al cine de alguna de aquellas obras de teatro tan vigentes, vanguardistas y mal comprendidas en su profundo misterio, un misterio a mi percepción tan azoriniano como pinzolesco.





miércoles, 4 de abril de 2012

SEMANA ¿SANTA?

"Si se desea solamente el bien, se está en oposición a la ley que une al bien real con el mal del mismo modo que al objeto iluminado con la sombra; y, estando en oposición a la ley universal del mundo, es inevitable que se caiga en la desgracia.

Al estar todo bien ligado al mal, si se desea el bien y si uno no desea repartir a su alrededor el mal correspondiente, se está obligado, ya que no es posible evitar dicho mal, a concentrarlo sobre sí.

Así el deseo del bien enteramente puro y más grande posible implica la aceptación para sí del último grado de aflicción. De la Cruz.

Dios solo es bien puro. La creación, al ser Dios y otra cosa que Dios, es esencialmente bien y mal.

Dios no puede descender sobre la tierra, encarnarse, y permanecer bien puro sino padeciendo extremo sufrimiento."
(SIMONE WEIL)

domingo, 1 de abril de 2012

LAS CANCIONES DE MI VIDA (40)

IT WAS A VERY GOOD YEAR

(continuación de la serie iniciada en EL PUNTO Z)




versión maestra: FRANK SINATRA
letra y música: Ervin Drake



lunes, 19 de marzo de 2012

LAS CANCIONES DE MI VIDA (39)

L'AMOUR EST BLEU

(continuación de la serie iniciada en EL PUNTO Z)


intérprete original: VICKY LEANDROS
letra y música: Pierre Cour, André Popp


Doux doux l'amour est doux

Douce est ma vie ma vie dans tes bras
Doux doux l'amour est doux
Douce est ma vie ma vie près de toi

Bleu bleu l'amour est bleu
Berce mon coeur mon coeur amoureux
Bleu bleu l'amour est bleu
Bleu comme le ciel qui joue dans tes yeux

Comme l'eau comme l'eau qui court
Moi mon coeur court après ton amour

Gris gris l'amour est gris
Pleure mon coeur lorsque tu t'en vas
Gris gris le ciel est gris
Tombe la pluie quand tu n'es plus là

Le vent le vent gémit
Pleure le vent lorsque tu t'en vas
Le vent le vent maudit
Pleure mon coeur quand tu n'es plus là

Comme l'eau comme l'eau qui court
Moi mon coeur court après ton amour

Bleu bleu l'amour est bleu
Le ciel est bleu lorsque tu reviens
Bleu bleu l'amour est bleu
L'amour est bleu quand tu prends ma main

Fou fou l'amour est fou
Fou comme toi et puis comme moi
Bleu bleu l'amour est bleu
L'amour est bleu quand je suis à toi
L'amour est bleu quand je suis à toi



jueves, 1 de marzo de 2012

EL MAYOR VERTIGO, PARA MI...

...es descubrir, en los cuadernos del padre, 
rostros ya vistos en los cuadernos del hijo 



«Todo permanece lejos
en cuanto advierte mi presencia.
Soy como un enfermo de la nada.»
(LUIS Gª BERLANGA)






miércoles, 1 de febrero de 2012

LAS CANCIONES DE MI VIDA (38)

(continuación de la serie iniciada en EL PUNTO Z)


QUIROMANTICO
 
 
intérpretes originales: SEÑOR CHINARRO
letra: Antonio Luque / música: A. Luque, D. Belmonte
 
 
Éste es tu teléfono en mi mano, en la de él,
quiromántico,
va la tuya, y dejará una raya, haz de las suyas,
quiromántico,
quiromántico,
quiromántico,
quiromántico.

Este es su teléfono, poco más sé leer,
quiromántico,
corre, ve y dile que me enseñe la cartilla y piérdete,
quiromántico,
quiromántico,
quiromántico,
quiromántico.

Muérete, la línea llega a la muñeca,
quiromántico.

Hace frío, y con una pluma roja le sonrío,
y te apunto desde la fila de atrás,
(quiromántico)
tengo goma y borra como "las manitas",
quiromántico,
quiromántico,
quiromántico,
quiromántico.



domingo, 1 de enero de 2012

CARTA A LOS REYES MAGOOS

"Oh, Waldo, mi sobrino favorito..."



Hará casi cincuenta años que no escribo carta con destino al 6 de enero. Ahora que entro en la segunda infancia sin abandonar la primera y saltándome esa cosa tan facha llamada juventud y esa otra tan putrefacta llamada madurez, es el momento de retomar la epístola de las ilusiones. Ilusiones pero menos: en su momento recibí el Citröen Tiburón Payá con mando a cordón (pero nunca el aeroplano a control remoto), un tren eléctrico con un 8 de vía similar al que se agencia el protagonista de LOS MILLONES de Santiago Lorenzo (pero nunca ese maquetón con paisajes suizos que llenaba todo un cuarto del aviador Ansaldo en su bungalow de Estepona), el Cheminova con el que guarreaba mis dedos de permanganato de potasa (pero nunca ese microscopio con que el empollón Aragoncillo y yo soñábamos en el internado de Carranque)... y así todo.

Ahora, ya sabiendo cómo va la cosa, por pedir que no quede y a ver, a la baja, qué me deparan Sus Majestades. Ahí va mi lista:

Un color de piel en el que zambullirme y aprender a nadar 



Un coche a mi medida 
(con choferesa incluida, discreta y comedida,
para evitar abruptos desenlaces
como el que aquí se nos muestra)




Un aliciente para no volver a levantarme nunca jamás de la cama
(como aquel mítico señor Briones que tanto envidiaba de pequeño)




Un perro que me comprenda


Y nada más.
No creo que sea mucho pedir.

lunes, 12 de diciembre de 2011

HAY OTROS ZURDOS PERO ESTAN EN ESTE

(mirándome en el espejo del sr Pinzolas)

Hablo de lo que ahora mismo muy pocos han visto. Hablo de algo ya acabado, listo para ser movido y proyectado y dado a conocer. Algo que no encaja en ningún género concreto porque significa la colusión (que no colisión) de dos mundos, el mío y el del director, en provecho de un tercer jugador, la verdad (la verdad de ambos, esa verdad que, retratándonos, nos trasciende). Desde mis dos trabajos de ayahuasca y algunos sueños esclarecedores y algunas conversaciones con el zenmeister Rafa, no había vuelto a toparme con un espejo tan atinado como esta aventura en la que el sr Pinzolas me embarcó. Espejo de mí y de mi gente (la gente que me ha acompañado en estos años sin malentenderme o aburrirse de mis cosas -porque, en buena medida, también eran las suyas- más alguna otra que se incorpora desde hace poco con luminosa ilusión) pero también espejo de mis sombras (ominosos troqueles de infancia), y espejo de mis relaciones fallidas (que aparecen oblicuamente, sin la procaz explicitud de la revancha iracunda e inútil, sino en lo mejor de su recuerdo, del día antes de fastidiarse la cosa: rumor de hojas en el corazón del bosque, de páginas en la mesita de noche...-), y espejo de mis cicatrices (sin las cuales uno no es más que un clon de probeta o un ultracuerpo recién desenvainado). Espejo de ese vórtex sureño en que el sr Pinzolas y yo nos entendemos tan bien. Espejo de esa común conciencia de sabernos anacrónicamente más adeptos de la categoría que de la anécdota, de la integridad que de la autotraición, de la dificultad cargada de sentido que del atajo empedrado de chapuzas. Charlie, Esther y Ana lo han visto también, días antes que yo, y no les ha decepcionado. A mí tampoco. Es un espejo honesto, tanto en concepción como en realización.

Ahora os toca a vosotros mirar, mirar desde vuestros fantasmas, vuestras anteojeras, vuestras obsesiones, vuestras filias, vuestras fobias para conmigo. Pero ese ya no es mi problema. Ni el del sr Pinzolas.


"Creo que te refleja a la perfección: lúdico, intenso, divertido (mucho), sorprendente, entrañable, frágil (sobre todo frágil), hercúleo en principios, cándido, infantil (muy infantil, en el más auténtico sentido del vocablo), cómico... Eres un tipo fascinante, Fernando." (impresiones de ESTHER PEÑAS que me dan gustito y por eso las pongo)

sábado, 10 de diciembre de 2011

PETTING DANCING PAN

(porque no es lo mismo jolgorio que jodienda)


Hay polvos (tan sublimes que no parecen polvos) y hay lodos (que muchos consideran polvos): el tango sublime de Lopez & Gere en ¿BAILAMOS? es la antimateria de las tediosas gimnasias de Rourke & Basinger en NUEVE SEMANAS Y MEDIA.




martes, 6 de diciembre de 2011

KAPUTT: lecciones de supervivencia




Recientemente he leído un libro que me acompañó en la infancia (se encontraba en las bibliotecas familiares con cierta profusión, en aquellas colecciones de bolsillo de Plaza & Janés) pero al que nunca atendí. Los escenarios enlazan con imágenes poetizadas por Ridruejo en sus cuadernos divisionarios, con estancias/evasiones de un castillo a otro recordadas en la postguerra por Céline, con momentos retomados por Jünger en sus memorias… Pero la escritura no encaja exactamente, aunque participa de estos tres nombres: el profundo desencanto de Ridruejo ante la degradación de un régimen en el que creyó y que se le cae a pedazos como expectativa a partir de la guerra total, planetaria (de la guerra como lastre con ínfulas de partner al lado de la feminidad enfermiza que encabezaba un mal llamado III Reich –los paisajes que nuestro autor y Ridruejo vivieron llegan a confundirse-, guerra abocada a ser perdida entre imperios –uno que declina, otros que se afianzan- ante los que hay que postrarse del modo más descarnadamente puttanesco –por aquello de salvar la pelle-); el nihilismo abisal del monstruo trepanado Destouches recogiendo en su cabeza deforme y llena de ruidos escenas en las que la realidad enmienda la plana, superándolo, al mismísimo Bosco; la disciplina (entre la responsabilidad y el instinto de supervivencia) con que Jünger vive su guerra contra todos los mandos y a favor de todas las víctimas. En KAPUTT hay menos probidad cívica que en la desazón ridruejista y, desde luego, menos sobrehumanidad omnisciente y comprensiva que en Jünger: tal vez haya un mayor parecido con Céline en esa pulsión tremendista, en cierta delectación por los momentos más crueles (delectación no sádica, sino fatalista, casi penitencial, autoobligada como escupitajo lanzado al escapismo de la buena conciencia burguesa –que siempre, a toro pasado, transmuta sus abyecciones en heroísmos-), y también, en su maledetta toscanitá de evitar autoinmolaciones gratuitas, anticipa a un Jünger futuro, el anarca Martin Venator (de vuelta de todas las guerras y emboscaduras, más agente secreto que guerrillero agreste, inasequible a la impaciencia). El autor de KAPUTT es un escéptico tras haber sido un exaltado. Es italiano, toscano, de esa región que elegirá Lecter (ese otro gran paradigma de la supervivencia) para mimetizarse por un tiempo (hasta una familia malhadada –los Pazzi- incidirá en ambos). Su exaltación (como a Ridruejo) lo llevó a primera línea del frente militar y político y el posterior desencanto, a sufrir prisiones y destierros. De vuelta hasta del desencanto, entre la distancia sobrehumana de Jünger y el cinismo convulso de Céline, Curzio Malaparte (revuelto contra su propia sangre alemana –por vía paterna- y también contra la afirmación italiana imperial que él vería degenerar de primera mano hasta extremos grotescos) nos describe en este libro sus muchas conversaciones con monstruos y con homólogos (como el español Agustín de Foxá) y con mundanas (frivolidades orgiásticas entre pilas de cadáveres que décadas más tarde serán recuperadas por Patrick Modiano –aunque en esta ocasión, sin la riqueza del testimonio, más como recreación novelesca-).

Tal vez en este momento de mi vida sea oportuna, hasta providencial, la lectura de KAPUTT. Para mejor aprender a sobrevivir, para mitigar mis cóleras poundianas ante la arbitrariedad y la injusticia y la cobardía y la estupidez (cóleras que pueden llegar eventualmente a abocarte a la jaula y al manicomio –destino éste que, cual factura damóclea, la sociedad y la familia me han pretendido siempre cobrar por aquello de ser hijo de mi madre y no haber hecho méritos de cordura –esto es, de filisteísmo- suficientes como para que se perdone tal condición), para difuminar mi visión celiniana de rayos x que (como a Ray Milland en aquella peli) sólo me ha traído (por la paradoja de sacar a colación las miserias que otros callan y, al tiempo, no lograr ver esos trajes nuevos del emperador que todo el mundo alaba) desgracias y un nivel de vida casi parejo, para aceptar de una vez que mi querencia por el sobrehumano Jünger no me ha llevado en ningún momento a situarme a su altura ni como emboscado ni como anarca. Puede que mis últimos años, si el destino me da un respiro (veamos qué pasa con el trabajo del sr Pinzolas, o con LA RULETA CHINA, o con alguna expectativa de carácter personal que logre burlar mi sempiterna soledad), sean mejores si aprendo de una puñetera vez a sobrevivir, a contemporizar, entre monstruos, entre pequeños monstruos abyectos y miserables inflados de buena conciencia que se ponen estupendos denunciando anécdotas mientras se callan como putas ante las categorías evidentes, ante los flagrantes agujeros negros, ante los inexistentes trajes nuevos del emperador. Debo blindarme, como Malaparte, con una coraza entreverada de probidad y cinismo, para no tropezar más veces en mi torpe renquear quijotesco. Debo, en una palabra, SOBREVIVIR.

Y lo mismo así en mi última hora, también como Malaparte (con su opción final por la China de Mao y su doble corte de mangas a las iglesias del PCI y del Vaticano -que se disputaban su alma en ese ferreriano viático a deux-), pueda morir con una pirueta anarca, lecteriana, que me reconcilie con mi quijotismo de otrora.

Se intentará…