lunes, 30 de noviembre de 2009

ADELE H

(no hace mucho, departiendo en el LUMINAR con Bárbara –la palindrómana de cabellos de bruma- sobre escamamientos y arrebatos, se me antojó sacar a colación la figura de Adele Hugo, encarnación neta del entusiasmo romántico a prueba de bombas, y fue como la caja de Pandora, pues ya no pude quitarme a Adelita de la cabeza, especialmente al evocar en qué circunstancias descubrí al personaje)

Fue en el cinestudio Covadonga (sede en aquel momento de la Filmoteca que dirigía Luis Gª Berlanga). Tiempos de KAKA DE LUXE. Normalmente, por entonces, Olvido, Nacho, Carlos y yo solíamos ir al cine en comandita (así nos vimos, bien en la Filmoteca de Príncipe Pío –anterior sede- bien en el Cinestudio Griffith, títulos como CARRIE, TRES MUJERES, FREAKS, THE ROCKY HORROR PICTURE SHOW o LA MATANZA DE TEXAS) pero, más adelante, cuando Olvido y Nacho estrecharon lazos punkies y Carlos empezaba a otear nuevos horizontes propios (que, en su momento, meses después, le llevarían a gestar conmigo el grupo PARAISO), éste de vez en cuando me arrastraba hacia Alfonso XIII (a tiro de piedra del estudio de Carmen Santonja) a ver películas de su agrado (así nos tragamos PINK FLAMINGOS de John Waters –que no me produjo una emoción especial, salvo cierta escena podófila en que una pareja practica el 69 chupándose mutuamente los pinreles y que me pareció entrañable en su exceso- y así vimos ADELE H). A mí, en aquella primera visión, me pareció un poco empalagosa (sobre todo porque mi trance ya lo había vivido poco antes con la Sissy Spacek de TRES MUJERES –película que me marcó a sangre y fuego durante varios años-), pero lo que me impresionó fue la reacción de Carlos: sólo esa vez lo vi serio, demudado, húmedos los ojos, como asistiendo a una misa eleusíaca, antítesis de la pose frívola y desdeñosa con que solía merendarse los días, como anticipando actitudes y secuencias que muchos años más tarde cimentarían sus discos en solitario. Cuando me reencontré con Adjani y sus cuitas en un pase televisivo, ya fuera de la Arcadia de aquel 77/78, y en pleno mono de Carlos, fui yo el que se puso en el pellejo de la heroína, de sus afanes y desvelos, y también los ojos se me humedecieron, por tanto que ocurría dentro y fuera de la pantalla. Y acabé pariendo una elegía no sobre una persona sino sobre una relación, el MUSICA MODERNA.

lunes, 16 de noviembre de 2009

LAS CANCIONES DE MI VIDA (29)


(continuación de la serie iniciada en EL PUNTO Z)


RIEN


(intérprete original: Michel Sardou)
(letra y música: Jacques Revaux / Michel Sardou y Gilles Thibaut)


De cet ange qui devint Satan
Ou de la Pucelle d'Orléans
Des veuves de la guerre de cent ans
Rien

De la première arche de Noé
Ou du dernier rameau d'olivier
De cet oeil qui poursuivait Caïn
Il ne reste rien

Du pommier doré du paradis
Et des noir pêcheurs de Sodomie
Du rosier de feu de Pompeï
Rien

Du dernier des soldats inconnus
Aux inconnus qui portent des rues
De la première des balles perdues
Il ne reste rien

De notre amour vieux comme les pierres
Qui s'éteint comme un centenaire
De notre amour né d'avant-hier
Qui fête ses noces de poussière
Il ne reste que moi
Il ne reste rien







domingo, 1 de noviembre de 2009

¡¡¡BANG!!! Y APAREZCO EN TUS SUEÑOS


La he descubierto hace poco de la mano de Alex de la Iglesia: primero, en cierto spot antidroga, y no mucho después con la nueva temporada de la serie PLUTON BRB NERO (saga a la que en su momento no presté atención, horripilado ante la desagradable apariencia de Roswell, el estrábico feto alienígena, más algún gag tontorrón que acabó de echarme para atrás). Estaba cantado que la chica me iba a gustar: tenía todas las papeletas (su rol androide/replicante –androide con corazón, más entrañable que muchos humanos-, su piel blanquísima –no me cegaba un resplandor similar desde mi adorada Anne Heche-, sus facciones entre lupinas y vulpinas –tan de mi agrado: perfil aguzado y barbilla recogida, a lo Rosanna Arquette- con un punto también reptiliano acentuado por sus ojazos lacustres –donde hasta alguien tan poco natatorio como yo puede sentir deseos de zambullirse-... incluso sus hechuras de flaca pechugona me convencen –hechuras tal vez no naturales, pero que satisfacen mi visión más somera, sin ahondar en mi fobia por la silicona, dejándome llevar por la armonía del conjunto-). Su voz de no actriz me resulta, desde sus antípodas de la impostación, gratamente refrescante, con un nosequé de tarde brumosa en el campo buscando setas (quienes, desde su criterio sucio y brutalmente filisteo, la tildan de maciza descerebrada sólo apta para hacer de robot, no veo yo que se rasguen las vestiduras ni se harakiricen ante la cagalera de galardones otorgados en los últimos años a Penélope Cruz, ese horror batracio cuyo disonante y suburbial croar contrasta tanto con el punto agreste del acento de nuestra rubia, quien a su lado brilla feérica y chorreante de sugerencias y matices –ojalá no acabe nunca bajo la casposa férula de Almodólar encarnando a alguna Aldonza reflejo de prosaicas evocaciones manchegas: Carolina, no me cansaré de repetirlo, tiene más que ver con la bruma norteña, con la hora bruja de perrochicos y rescoldos de aquelarre-).





-->Y ya que he mentado el aquelarre, por algunas similitudes tanto físicas como de concepto, presumo que Alex de la Iglesia considera a esta joven como su versión de Lisa Marie, la musa anómala de Tim Burton antes de conocer a Helena Bonham-Carter: hallo, no obstante, una diferencia sustancial entre ambas y estriba en el mayor encanto y talento potencial de Carolina, frente al aspecto más extremo y chocante de la ex/señora Burton, quien, tan sólo en su breve rol como madre de Johnny Depp en SLEEPY HOLLOW, apuntó realmente maneras de actriz y no de mera presencia excéntrica, de marioneta de carne. La androide Lorna, con esa chispa de casticismo vasco hiperespacial, guarda y transmite una calidez de la que carecían las apariciones bizarras de Lisa Marie en ED WOOD o MARS ATTACKS (aunque, en el caso de su Vampira en la primera de las citadas, su caracterización se ajustaba plenamente al original –quien tampoco debió de ser una lumbrera de la interpretación-).




-->Ahora he leído que el director vasco está preparando un nuevo trabajo, de argumento aparentemente felliniano, en el que cuenta con nuestra rubia: estoy convencido de que ahí Carolina demostrará lo muy injusto de las críticas contra su potencial como actriz. Desde aquí, vaya este homenaje y alirón a una de las escasas presencias estimulantes que he detectado en la producción española de ficciones audiovisuales.


-->ilustraciones: THE LEFT HAND