continuación de lo dicho aquí
Mil princesas mimadas torvamente por el mismo coleóptero (zas, creías que eran y no son). Contaminando, con su torpe remedar de contrahecha alma gemela, mis palabras, mis visiones, mis recuerdos, mis ilusiones. Solamente queda en su nitidez la angustia, la depresión, la sordidez, el estrés y esa promesa de muerte que el Burt Lancaster de CONFIDENCIAS focalizaba en unos pasos en el techo. La verdad, cada día entiendo menos a quienes disfrutan bailando con cucarachas...
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