Los ratones jugaban en tanto el gato estaba a otras cosas, con la atención puesta en otras latitudes mucho más extremas (latitudes en las que otros gatos se habían estrellado previamente hasta casi desaparecer). Los ratones, dándoselas de castores, levantaron una presa más virtual que real, hecha no con troncos sino con naipes encastillados (naipes marcados hacía mucho tiempo por el padre de todos los fulleros). El ratón jefe, el que tuvo la idea de la presa, acaba de pasar a mejor vida. ¿Se derrumbará el castillo de naipes (perdón, la presa)? Y, entonces, ahí la Pregunta ¿QUIEN LE PONDRA EL CASCABEL AL GATO?
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