STATIC DREAMS: ARCHITECTURE AND ECOLOGY (varios autores)
(dedico esta entrada a Juanjo Seixas, que lo mismo ya conoce el libro)
No suelo toparme con un libro sobre temas de actualidad donde abunden los motivos relacionados con la voluntad de construcción y no con lo contrario. Motivos reales, no demagogia, ni propaganda ni sacos de promesas con vocación de sumidero. La destrucción es necesaria para poder construir, eso es innegable. Por supuesto, la destrucción puede ser no sólo frontal, también sinuosa, deconstructiva más que convencionalmente destructiva, más cercana a como la naturaleza virgen vuelve a campar por sus fueros en espacios estériles antaño dirigidos por los humanos. Como la avispa que inocula sus huevos en una larva paralizada en contraste con la manada de predadores que descuartizan vivo a un rumiante. Una destrucción que implique (de manera simultánea y no sólo consecutiva) construcción.
Este libro, en el campo de la arquitectura y el urbanismo, va por ahí. Capítulos de diversos autores que nos hablan de reciclaje y nos hacen valorar ese vocablo a quienes habitualmente lo escuchamos con desconfianza y nos sentimos muy cerca de Unabomber en nuestra querella con el desorden establecido. Recuperación de técnicas tradicionales de construcción y acondicionamiento interior en parajes desérticos del norte de Africa como solución superadora a las arquitecturas absurdas, disfuncionales y contaminadoras impuestas por el colonialismo. Un inmenso cementerio de desechos de la industria pesada en el Ruhr convertido en parque temático para reflexionar (que no para evadirse) sobre los errores de la técnica: "parque temático" (expresión odiosa -pero en esta ocasión parece estar más cerca de Jünger que de Disney-) o también, si se quiere, "museo del holocausto medioambiental" (con una utilidad más universal y fecunda -por imaginativa- que el victimismo tribal como coartada para repetir los errores de los verdugos). Pueblos recuperados en Zentropa no para consumo turístico sino para ser habitados todo el año desde los presupuestos originales (medievales) que les dieron sentido. Arquitectos visionarios que plantean singulares hermanamientos entre el pasado y el futuro no desde la vacuidad más tópicamente postmoderna sino tratando de tender puentes donde sólo se deje de lado lo disfuncional y dogmáticamente vanguardista. Reflexiones deconstructivas y no meramente demoledoras sobre los rascacielos (lo dicho antes sobre la avispa y la larva) que posibiliten la existencia de construcciones verticales creadoras de empatía y no sólo infiernos entrópicos dignos de Ballard o de Cronenberg. Reivindicaciones hasta hace poco consideradas heréticas: el Modernismo frente a Le Corbusier... Un fantasma parece planear a lo largo de estas páginas, el de Antonio Gaudí. También recordamos a Frank Lloyd Wright (Howard Roark en la ficción vindicativa de Ayn Rand). Y, en su oportunismo subversivo, uno no puede por menos de pensar en el anarca Martin Venator.
Una lectura que nos complementa (complemento, repito, nunca anulación u obsolescencia -no caigamos tontamente en el desarme unilateral-) la prosa incendiaria de Unabomber. Una obra que nos hace pensar por un momento en el diseño urbanístico y ergonómico de Atlantis en ATLAS SHRUGGED de haberse extendido más su autora sobre el particular. Una obra formalmente utópica pero esencialmente realista en su manera de encarar los años por venir. Los años por vivir. Lo dicho, la avispa, la larva... (por cierto, apasionante el capítulo dedicado a las construcciones de los animales y su llamada implícita para recuperar nuestra memoria más atávica en materia de construcción -por ejemplo, en el tema de refrigeración interior según el modelo desarrollado por las termitas-). A EJ (¡seguro!) le habría gustado prologarla.
8 comentarios:
Gran recomendación, no conocía el libro ¡muchas gracias otra vez! (y van…)
¿Cómo descubriste ese libro? Parece bastante raro, cuando lo buscas en el google sale tu página al principio del todo...
Esta entrada me ha hecho recordar el curioso paralelismo que veo entre tú y Momus, este escocés del parche en el ojo. Chocaríais frontalmente en muchos aspectos; él es mucho más postmoderno que tú. Pero ambos sois una verdadera rara avis en el mundo del pop.
Supongo que alguien te lo habrá comentado ya.
Por cierto, genial la camiseta.
Cada vez me ocurre más, con muchas cosas o gente a las que gloso o vitupero, que lo primero que aparece en el Google es mi entrada.
El libro éste lo descubrí en casa de unos amigos ingleses de Casilda. En efecto, cuando empecé a preparar la entrada, busqué reseñas o información y apenas si veía nada. Lo editó el organismo internacional WWF, algo de la naturaleza, los animalitos y tal.
De MOMUS tengo el disco del burrito que sacó SIESTA y no recuerdo si fue Charlie o quién me habló del sujeto, pero nunca me habían comparado con él. La verdad, lo controlo poco.
Anoto el libro.
Comparto la intuición de kleinito. Yo comenté en una ocasión que había cosas en común entre Fernando y Nick Curry. Creo que en muchos aspectos sois figuras opuestas, pero en otros yo advierto parecidos. Recupero la entrada del foro Cafexpan donde me refería a este tema:
"Hay algo en Nick Curry/Momus que me recuerda a Fernando, una relación misteriosa, basada en una antítesis radical. De Nick Curry se
ha dicho que es abierta y declaradamente posmoderno. Su pasión por el barroco y los libertinos empolvados contrasta abiertamente con la alergía infantil, casi física, de Fernando al bizantinismo rococó, que es embustero siempre con la Naturaleza. En otros muchos aspectos la colisión entre ambos sería frontal. Hay, sin embargo, parecidos. El interés por Japón y el sintoismo, la producción sorprendente y continuada de artículos y manifiestos con un diseño lofi (véase http://imomus.com/thoughtsindex.html), la intuición de que internet
puede ser un luminar con el que se puede tener una relación visionaria, y, sobre todo, la idea de que el músico pop puede una anomalía inquietante que trasciende lo musical y se aventura en el pensamiento. Dejo las coincidencias en el aire para quien quiera pasarse por su web y
explorarla."
Yo no soy muy fan de su música, pero a veces le echo una ojeada a su blog, sobre todo por esa obsesión que tiene con Japón.
Lo del paralelismo es más que nada porque ambos sois músicos pop (aunque de una extraña especie que trasciende lo que normalmente se entiende por eso), y por los temas que tocáis en las canciones, tan alejados del rollito habitual. Él, por ejemplo, ha tocado la pedofilia, la necrofilia, el incesto, etc, etc...
hola, zurdo, acabo de descubrir el blog. no veo la relación entre tu obra y la de momus.
A mí no me lo digas. Yo, como ya dije antes, apenas si controlo a ese señor.
no me había fijado en el segundo comentario de los ojos sin rostro. ahora que lo veo razonado, lo entiendo un poco mejor.
parece que escribe en español para un ezine musical: aquí
Publicar un comentario