El colmo del amor, para mi corazón retardado, es yacer con alguien que, como antídoto de la eterna sensación de orfandad, por calorcito y por inyectarme un poco de optimismo, me incite a ese sueño que cada noche se me hace más esquivo... O sea, un horizonte (y, por lo tanto, inalcanzable).
CODA/REMACHE DESCARNADAMENTE TENEBRISTA:
más tantálico el horizonte si añadimos las fobias y cautelas provocadas por la pandemia, el uñero (justo en el pulgar donde el abuelo Cebolleta se albardaba con vendas la podagra) y la contumaz y persistente indigencia económica.
O sea, que soy ¿cómo decirlo? un "partido" de rechupete...