"No era inquietud propiamente dicha, sino una extraña tristeza que tenía poco de humano, porque no comportaba ni valentía ni esperanza. Así es como los animales esperan la muerte. Así es como el pez atrapado en la red ve pasar una y otra vez la sombra del pescador."
(irene nemirowsky)
ilustración: tamara de lempicka
conclusión:
si hace décadas aún podía hallarse refugio en el Extremo Occidente en caso de conflicto bélico generalizado, a partir de la globalización (termonuclear, comercial, infomediática, geopolítica...) fomentada precisamente por esa superpotencia extremooccidental que otrora pudo servir de asilo, ninguna migración será efectiva para la coyuntura de una catástrofe a escala global, si exceptuamos las migraciones interiores de lo superficial a lo profundo, los trayectos introspectivos del hedonismo al heroísmo, los cambios de ruta que nos alejen del procaz bullicio profano hacia la decorosa atención por lo Sagrado. El quid estriba en ¿qué mínimo porcentaje de humanos podrá ser capaz de tal viaje?
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