"¿Volver? ¿Para qué volver,
para volver a engañarme?
De España no quiero más
que sus piedras y sus árboles:
su tierra, su mar, su cielo,
con su luz y con su aire.
De los españoles, ¡ay!
lo que quiero es no acordarme
Ni de unos ni de otros:
los de ahora y los de antes.
Que unos y otros, si vuelvo,
volverán a traicionarme:
unos, porque tienen miedo,
y otros, porque son cobardes.
No. De españoles no quiero
volver a saber de nadie.
Que la soledad de España
mi corazón sí la sabe.
¿Volver? ¿Para qué volver,
si vuelvo a mis soledades?"
para volver a engañarme?
De España no quiero más
que sus piedras y sus árboles:
su tierra, su mar, su cielo,
con su luz y con su aire.
De los españoles, ¡ay!
lo que quiero es no acordarme
Ni de unos ni de otros:
los de ahora y los de antes.
Que unos y otros, si vuelvo,
volverán a traicionarme:
unos, porque tienen miedo,
y otros, porque son cobardes.
No. De españoles no quiero
volver a saber de nadie.
Que la soledad de España
mi corazón sí la sabe.
¿Volver? ¿Para qué volver,
si vuelvo a mis soledades?"
Qué impremeditada y exactísima metáfora suponen estos versos del recuerdo que me dejó ese ventenio perdido (1978 - 1998) por los callejones sin salida del mundillo nacional español...
"Detrás de un patriota hay siempre un comerciante."
(JOSE BERGAMIN)
3 comentarios:
Con los dedos de una mano (y me sobran dedos) cuento a quienes no va dirigida en ningún caso esta entrada. Es decir, quienes en el "mundillo" me dejaron impresión de honestidad sin el menor asomo de decepción. Como muestra, por supuesto, el mejor botón: el zenmeister RAFA CASTILLA (al que, por cierto, empecé a tratar cuando ambos ya habíamos roto definitivamente con "la Torrentera Nacional"), nadie como él me ha abierto los ojos sobre las miserias y tongos del susodicho "mundillo".
Lo pienso y hallo esta particular ecuación entre dos personajes tan ¿opuestos? como Rafa y Bergamín: JB se va desligando de la Iglesia temporal por las complacencias de Roma respecto al "nacional/catolicismo" español al sentirlas como una mixtificación de su binomio (¿lopesco, quevedesco, calderoniano?) de CATOLICISMO VINCULADO A LA NOCION DE PUEBLO COMO ARISTOCRACIA ANALFABETA (similar tensión sufriría Mounier en Francia al defender su arcadismo cristiano/popular que lo llevaría a una inicial colaboración con Vichy y, con el rápido desencanto, a ser uno de los motores espirituales de la Resistencia; arcadismo que, en el caso del modelo comunitario propuesto por Simone Weil en ECHAR RAICES, adquiriría el extremo rigor de lo que yo he calificado en ocasiones de "chiísmo honorario"); por su parte, Rafa acaba quemado del mundillo "nacional" por considerarlo en su mezcla de ludismo hooligan y pragmatismo "botiguer" un fraude completo a su propio binomio (¿gibelino, sacroimperial?) de ESOTERISMO VINCULADO A LA IDEA DE VOLK COMO ELITE PRIMIGENIA, binomio al que tratará de ser leal con su sempiterna devoción a Jünger, su búsqueda espiritual en torno al zen y al sufismo (por cierto, su maestro coreano le dijo que, si quería hallar una réplica genuinamente europea a esta búsqueda, lo más aproximado sería la orden cartuja) y su interés nunca agotado por la URSS previa a la corrupción iniciada con Kruschev. Si a alguien le cuadra el neologismo ZENARCA creado por Milius (el padre del Kurtz definitivo) es a Rafa.
Excelsior
En los mismos años y tal cual lo expresas en tu comentario, Fernando, en Zaragoza y Barcelona también la urdimbre "nacional" estaba repleta de elementos de ese "mundillo" que describes, mezcla de hooligans y mercachifles de llaveros y pines.
También con los dedos de la mano se podían contar los mejores, pero acaso ¿no mereció la pena encontrar y mantener para siempre en nuestra vida a esos pocos que ya nunca los podremos olvidar?
Los mejores fueron, son y serán escasos en cualquier disciplina, ayer, hoy y siempre.
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