jueves, 20 de febrero de 2014
LA MADRE DE TODAS LAS VISPERAS
"El pecado estaba en torno, pero una atmósfera zafia lo hacía repugnante para cualquiera que tuviese mediano gusto. Sucedía, simplemente, que hasta los pregoneros de una virtud sin sustancia, sin heroísmo, sin belleza y sin interés, formaban en la tribu de gustos soeces, de mal estilo y esa falta de un alto y claro estilo, de una manera de ser entera y verdadera, hacía de todos y cada uno de los españoles, gentes sin cultura, sin raigambre, aburridas y desesperanzadas. El gran acuerdo nacional, el programa común de izquierdas y derechas, de nobles y plebeyos, consistía en agarbanzar más aún la existencia, en escupir en corro. Quedaban unos cuantos locos ¿pero qué podían hacer?"
(fragmento de PLAZA DEL CASTILLO de Rafael Gª Serrano)
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