GRAMATICA INTERIOR
(o cómo por una vez el traje nuevo de la emperatriz es a un tiempo ilusión y realidad)
La carne es en ti vestido
que no pierde la inocencia.
No existen hojas de parra
con vocación de gendarme
que te impongan la vergüenza.
Deja vus en tonos sepia
para los ojos del alma,
el cuellecito de blonda
y los botones de hueso,
con su calidez de otrora,
con su entrañable decoro,
no chocan, más bien remachan
en su germinal ornato
la liturgia del origen,
la pureza de la imagen,
el deseo sin pecado,
el concepto inmaculado,
el hallazgo inesperado,
ese círculo cuadrado,
tu gramática interior.
1 comentario:
Maravilloso.
Publicar un comentario