lunes, 19 de abril de 2010

WENONA Y SUS TRIBULACIONES


(continuación de la serie iniciada en EL PUNTO Z)

[supongo que el llevar elaborando desde otoño un libro de asunto bastante tórrido más el gozoso inri de haberse sumado al proyecto una fotógrafa habituada a trabajar con modelos (y, en el caso concreto de la entrada que vais a leer, puede que también mi subconsciente haya almacenado las evocaciones que me hizo Inma de su etapa adepta a los piercings) me ha hecho retomar una saga iniciada en el antiguo blog y nunca continuada hasta la fecha en éste, la de las ciberdiosas, esas mujeres a las que encuentro un especial carisma y que se muestran por la red en trances (nunca mejor dicho) intensamente atizadores del deseo]





Hará unas semanas descubrí a través de una página de culturismo femenino una chica que me llamó la atención aunque sin sospechar de su extrema y sugerente multiplicidad de facetas. Parecía tocar muchos palos (machaques de gimnasio, contorsionadísimas y calatísimas -por usar el peruanismo- sesiones de yoga, escenitas sáficas -mayormente con un punto sadomaso, bien en el estudio de ballet bien en el ring de lucha-, singulares experiencias de desarrollo branquial -que me aterraron y fascinaron a la vez al recordar las prolongadas ahogadillas que me practicaba mi madre en la bañera y en el mar y que me marcaron para siempre como inepto para la natación- y -esto lo considero muy de agradecer- nada de coyunda con varones -no puedo evitar el bostezo al contemplar a uno de esos titanes taladradores en plena tarea más bricomaníaca que orgásmica, a juzgar por las expresiones por lo general indiferentes o pésimamente fingidas de la pareja-) hasta llegar a la que parecía ser su (nunca mejor dicho) piece de resistance, el bondage, cuanto más enrevesado y pródigo en aparataje, mejor.



Ya he dicho en varias ocasiones cómo todo lo que implique maquinaria en la cosa erótica me deja frío y me hace pensar más en el profesor Franz de Copenhague, con sus complejos mecanismos rebosantes de poleas y polipastos, que en lúbrica alegría de pajarillas. Sin embargo, por otra parte, dejando las maquinarias a un lado, he de reconocer que mis mitos calientes más señeros tienen que ver de modo recurrente con la tensión, el dominio, la violencia, el peligro y la devoción: ahí todo lo ya explicado en la saga Honeybunny (repleta de replicantes, diosas guerreras, agentes secretas, tarantinescas hembras de presa, vampiras –con la sublime Ligeia a la cabeza-...), lo fantaseado en buena parte de mi narrativa (MARY ANN y LA CANCION DEL AMOR son dos buenos ejemplos), el hecho de que la primera ciberdiosa con la que me topé se moviese en paisajes muy cercanos a la estricta disciplina (guiños al CRASH de Ballard incluidos -nunca olvidaré el impacto que me produjo la figura de Vaughan, ese dios oscuro, y sus moiras Holly Hunter y Rosanna Arquette en la adaptación chorreante de morbo y diesel que nos regaló Cronenberg, quien ya había masajeado los rincones más ocultos de mi libido con la no menos tomatosa INSEPARABLES-) o lo turbadora que me resulta la presencia de la dominatrix Lady Heather en CSI: LAS VEGAS con ese rol (tan lleno de tensión sexual) de amiga confidente, con vocación de algo más íntimo, del retraído devorador de insectos Gil Grissom.




Pero nunca antes había hallado tal dedicación a estos menesteres, en los que la atlética y pluscuamflexible Wenona se somete a toda clase de pruebas físicas, pero sin la resignación o el victimismo de las tediosas y lloriqueantes heroínas de Sade, sino más bien (y ahí Lady Heather me daría la razón) con el temple del legionario o de una Uma Thurman en KILL BILL adquiriendo experiencia y sabiduría predadora al lado del maestro samurai de turno. Siempre me ha desagradado el regodeo en la humillación gratuita, tanto física como psicológica, y tal vez por ello no encuentro placer en recreaciones de snuffs, violaciones o sadomaso con claras connotaciones de verdugo y víctima (de hecho, una de mis experiencias más desagradables en sala de cine fue el visionado de la primera entrega de la saga HOSTEL) pero esa especialización de Wenona, con un punto esotérico, casi de ordensburg, como invitando a sumergirse en una realidad no apta para todos, me resulta muy hipnótica como puerta entornada hacia otras dimensiones, las del bondage como experiencia a disfrutar por todas las partes (algo que, en el instante en que escribo estas líneas, aún bisoño en el visionado de sus alucinantes tribulaciones, sigo contemplando como un misterium tremendum).



lunes, 12 de abril de 2010

LAS CANCIONES DE MI VIDA (31)

(continuación de la serie iniciada en EL PUNTO Z)


TUMBLING DOWN

intérprete original: COCKNEY REBEL
letra y música: Steve Harley

Gee, but it's hard when one lowers one's guard to the vultures
Me, I regard it a tortuous hardship that smoulders
like a peppermint eaten away
(will fight, will i swagger or sway?)
Hee, hee, M'Lady, she cries like a baby to scold us
see her tumbling down, tumbling down

Hail! to the monkey; we're having a funky reunion
Wasted and sunk, he can only have Sunday communion
he got nicotine stains in his eyes
he got nothing to protect but his pride
Oh! smother the kiss or be drownded in blissful contusion
(replace with)
Oh! smother the kiss or be drownded in blissful confusion

see it tumbling down, tumbling down

Juvenile tale, (see the Titanic sail into Brighton)
The Hemingway stacatto, the tragic bravado can frighten!
to be here, there and everywhere's fine
but do you have to be so swift all the time?
Deliver the Dawn to the Moulin-Rouge on the Horizon
watch it tumbling down, tumbling down

(Refrain) Oh! dear, look what they've done to the blues, blues, blues



«Amo a Steve Harley como se ama a un gemelo o a esa figura que se agita al otro lado del espejo (fragmento del texto que publiqué en el nº 18/19 de EL CORAZON DEL BOSQUE)

jueves, 1 de abril de 2010

LAS CANCIONES DE MI VIDA (30)

(continuación de la serie iniciada en EL PUNTO Z)


MAD WORLD

intérprete original: TEARS FOR FEARS
letra y música: Roland Orzabal

[por lo general, las canciones de mi vida son parte de mundos creativos en los que me siento a gusto pero en el caso de TEARS FOR FEARS sólo conozco este título (me da un cierto miedo profundizar en este grupo porque, a veces, una canción que me gusta –descubierta, por lo general, a través de un videoclip muy resultón- no me lleva a otras del mismo origen que también me hagan tilín sino a profundas decepciones al acercarme a la obra genérica que o bien me aburre o me resulta profundamente grimosa: ya me pasó con Radio Gaga y QUEEN, Every Breath You Take y POLICE, Luka y Suzanne Vega o Once In A Lifetime y TALKING HEADS); incidiendo en lo dicho en el paréntesis, Mad World la descubrí a través de series de tv (por ejemplo, HOUSE) y de una extraña película, DONNIE DARKO, no en la versión original sino en una que me gusta más, de un tal Gary Jules]

All around me are familiar faces
Worn out places, worn out faces
Bright and early for their daily races
Going nowhere, going nowhere
Their tears are filling up their glasses
No expression, no expression
Hide my head I want to drown my sorrow
No tomorrow, no tomorrow
And I find it kinda funny
I find it kinda sad
The dreams in which I’m dying
Are the best I’ve ever had
I find it hard to tell you
I find it hard to take
When people run in circles
It’s a very, very mad world mad world
Children waiting for the day they feel good
Happy Birthday, Happy Birthday
And I feel the way that every child should
Sit and listen, sit and listen
Went to school and I was very nervous
No one knew me, no one knew me
Hello teacher tell me what’s my lesson
Look right through me, look right through me
And I find it kinda funny
I find it kinda sad
The dreams in which I’m dying
Are the best I’ve ever had
I find it hard to tell you
I find it hard to take
When people run in circles
It’s a very, very mad world … mad world
Enlarging your world
Mad world