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Insobornables y ambivalentes durante toda su vida, Gloria y Carmen han sido las antiestrellas que más han brillado en la planicie popera estatal, cuyo fulgor nunca podrá extinguirse mientras queden pruebas físicas o recuerdos de sus memorables trucos de magia en forma de ensoñadoras melodías. Pasen y lean.
(MARCOS GENDRE)
El complemento perfecto, corregido y aumentado, a mi libro del 83.
Sólo pondría un pero: creo que la interpretación que se da a la personalidad del protagonista de EL REY DE LA CASA peca del mismo reduccionismo en que cae su feroz progenitor (la historia nada tiene que ver con lo gayer -un varón sin aptitudes para cazar el mamut y que prefiera las labores del hogar puede encajar perfectamente con una hembra que sí se sienta más motivada a tareas titánicas que a bordar punto de cruz... creo que la moraleja de la historia va más bien por ahí y enlaza con la crítica del rodillo patriarcal y de la vulgata machista que desde el primer momento siguieron Carmen y Gloria tanto en su obra como en sus vidas y con la frecuente tarea de zapa en la narrativa audiovisual armiñanesca de los tópicos roles de género referentes a las parejas heterosexuales-)
Y como ilustración musical de esta entrada incluyo a cuatro presencias (tres duales y la cuarta individual) que creo (sea por influencia o bien por evolución convergente) tienen no poco que ver con lo vainiqueño.
Y como postdata dejo constancia del homenaje recentísimo de la vermeeriana guitarrista y vocalista Clara Collantes, la cual, por su exquisito equilibrio entre el rigor y la espontaneidad y su irreductible sentimiento de independencia, es uno de los temperamentos más vainiqueños con quien he tenido (y espero seguir teniendo) el placer y el honor de trabajar.