(continuación de la serie iniciada en EL PUNTO Z)
En realidad, esta canción está acabada desde el 79. Pero nunca ha tenido oportunidad de presentarse en público. La ensayé con Charlie al poco de conocernos pero había un problema. Hay un momento en que las subidas de tono (tiene una música bastante compleja y grandilocuente, a lo John Barry en la serie Bond de los 60) me resultaban muy difíciles de alcanzar así que decidimos aparcarla para hacer en duet con alguien de poderosa voz o algo por el estilo. La letra es de las más introspectivas que he parido nunca. Por otra parte, dado que ahora cuento con el arrope vocal de Charlie y Clara (y hay también otras voces dispuestas para el juego cantabile –ahí, the top hat singirl-), tal vez deberíamos recuperarla en algún momento, a ver si al fin nos cuaja.
Sales de la vieja villa en un Aston Martin,
el portero de uniforme te abre el portal.
Subes el cristal: están cayendo algunas gotas.
La estatua de la fachada sonríe al pasar
tú, que atraviesas bulevares y paseos.
La ciudad está desierta, no hay ni un peatón.
La melancolía que da el cielo encapotado
choca con las losas cubiertas de oro vegetal.
Y recuerdas
pasajes de André Maurois:
poetizas
llegando a filosofar.
El volante escucha
tu silente pensar.
Flotas por la Castellana entre sus palacios.
Las paredes, limpias: sólo hiedra y poco más.
Quieres olvidar algún pasado desengaño
(qué habría hecho Anthony Perkins puesto en tu lugar,
dí). Medio aparcas: sientes ganas de cansarte.
Caminas bajo la lluvia sin una dirección.
La trinchera oscura no es capaz de resguardarte
de ese frío interno que hasta tu centro llegará.
Mejor entra
en ese pequeño club:
quizás alguien
juegue con tu juventud.
Pasaréis el tiempo:
te ayudará, verás.
ilustración: THE LEFT HAND