Abramos el armario para que el malvado mono salga en busca de neuronas que devorar y luego defecar.
La vida como gabardina que desplegar ante los demás en una agresión constante con la que ¿alejar? nuestra mediocridad y el tedio que tal mediocridad nos produce.
No hace falta saber pintar el delirio en hd para ser Dalí (o saber pensar en la pintura hasta el último silogismo como su antihomólogo Magritte). No hace falta saber jugar venenosamente con las palabras para ser Bergamín (o convertir la fiebre en palabras como su antihomólogo Céline). No hace falta saber estar en la cruz para ser santa (esto es, Simone Weil). Todos alcanzaremos la excelencia degradándola a través del chantaje moral y del odio a tal excelencia. El esforzado trance no tiene sentido si se nos vende el atajo del autoengaño que pretende rasar jerarquías. Aunque ello suponga la muerte del arte, de la escritura, de la santidad... La mediocridad como única norma del simulacro.
1 comentario:
Cuando la Realidad se impone al reality es cuando hay verdadero entendimiento y no Babel...
http://zurdman.blogspot.com/2019/05/entendimientos.html
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