"Every artist properly is an Aristotelian. Abstractions don’t exist. Abstractions are only a name for
concretes. All that exists is concretes. If you want to present your view of what is valuable to man,
what is man, what is his existence, or what should it be, you have to present it in concrete form,
because that’s the only thing that really exists." (AYN RAND)
"El hombre vive de representaciones figurativas, de fantasías reales. Sin ellas resulta muy difícil imaginar el mañana, sin ellas el tiempo se vuelve impersonal. Al arte se le ha otorgado una maravillosa cualidad: la capacidad de resucitar el pasado y recrear el futuro." (ALEXANDR DEINEKA)
La diferencia entre el Realismo Romántico de Ayn Rand y el Realismo Socialista, tan similares en forma y concepto, es que el último se desarrolla al servicio de unos principios de gestión existentes (los marcados por la terminal estaliniana) y el primero, en función de unos principios de gestión posibles (los imaginados por la terminal randiana). Es precisamente este vínculo con los principios de gestión como Absoluto (en contraste con los principios existencialistas de abstracción, con su implícita fobia a la gestión, de las llamadas vanguardias -sin olvidar que la abstracción fue usada como arte estatal por los USA como contestación al realismo socialista en los años más duros de la Guerra Fría y su debut en España, por ejemplo, se hizo en la embajada del amigo americano casi a la vez que se firmaban los primeros acuerdos militares y económicos-, bien asumidos desde una sincera inquietud religiosa en un mundo sin Dios -un ejemplo sería la relación del visionario Cirlot, visceralmente extemporáneo con todo lo que supusiese actividad sociopolítica, con la plástica y música informalistas, o nombres como el músico Messiaen o el pintor Mathieu-, bien desde el cinismo deconstructor en un mundo sin ideales -con mayor o menor deshonestidad, ahí un Picasso o un Duchamp o el satánico Breton-), lo que lleva a una cultura dominada por el Deep State sistematizador de las vanguardias (por otra parte, cada vez más esclerosado y sinónimo de lo terminalmente occidental) a subestimar como pulp, como manifestaciones subculturales dirigidas a masas ajenas a los placeres de la inteligentsia, a ambos Realismos.
CODA ARCADICO/UTOPICA
"El realismo socialista fue, pues, una especie de extraño “futurismo histórico”, un realismo onírico, una forma de surrealismo político. Es casi un “realismo mágico”, sólo que habitado no por los postreros espectros de un pasado que existió, sino por los espectros doblemente irreales de un futuro utópico que no existió. Y por eso a lo que más se parece la experiencia visual de la contemplación de la obra plástica del realismo socialista es a la experiencia del visionado de una película de ciencia ficción ya anticuada, en la que la modernidad o el futurismo de su argumento, puesta en escena, decorados, guardarropa e ingenios técnicos ya han sido irremediablemente superados. La vanguardia para las masas proletarias que quiso ser el realismo socialista fue, si eso fuera posible, una especie de “arte-ficción” (ALEXANDR DEINEKA: LA MIMESIS DE UNA UTOPIA por MANUEL FONTAN DEL JUNCO)
Este comentario crítico puede aplicarse igualmente a la estética randiana, anacrónicamente futurista desde, en su caso, una óptica utópicamente capitalista, congelada glamourosamente en una modernidad muy vinculada al momento en que la petersburguesa queda deslumbrada (el
Padrecito también lo estaba por esas mismas fechas con el taylorismo de
Henry Ford) por unos USA míticos a partir de su pátina tardoochocentista, aún no deslustrados por la Depresión y mayormente amplificados por Hollywood, deslumbramiento que enlazamos, aparte el propio look de la escritora (peculiar
mezcla de fashion y austeridad en sus ropas, su peinado, su boquilla para los cigarrillos: una de las razones formales de su desencuentro frontal con sus presuntos seguidores anarcocapitalistas en los 60 y 70 fue la muy distinta concepción estética, implícitamente ética, considerándolos decadentes y degenerados, más libertinos que libertarians -exactamente como en ese mismo momento el establishment soviético consideraba a no pocos de sus disidentes o como
Putin arremete contra el caos woke en sus más recientes análisis del mundo occidental-), en los diseños de su marido para las
portadas de sus libros (que nos hacen pensar en cuadros de
Tamara de Lempicka -por cierto, también exiliada desde un país del Este-, de Dalí -uno de cuyos cuadros era el
preferido de la autora- o de la chiriquianamente "metafísica"
Kay Sage) o, como alusión al comentario crítico arriba expuesto, el mundo de
PLAYBOY (muy del gusto de AR y coherente con su devoción por la
masculinidad con su primacía de la hero worship y su rechazo a la posibilidad de una inquilina jefe de la Casa Blanca... -esto último seguramente compartido por Stalin y sus sucesores al frente de la URSS, por Putin o, más allá de reproches de
prejuicios machistas, por los dirigentes chinos post/maoistas que, no ya como mera hipótesis, sufrieron en sus carnes el siniestro rol de la viuda de Mao como lideresa de la Banda de los Cuatro y previa co/instigadora de los últimos desastres ultraviolentos ligados a la Revolución Cultural: por cierto, epígonas descerebradas y mucho más anecdóticas en cuanto a capacidad destructiva han abundado en los gobiernos españoles post11M en las filas del zetapodemismo, llevándose la palma la inefable mansoniana Irene Montero-) entendido como espectro metafísico (años más tarde lo repetiría con sus visionados obsesivos de la serie
LOS ANGELES DE CHARLIE) según la impactante visión onírica que da Seth Mc Farlane en cierto episodio de
AMERICAN DAD.
La ironía es que en un mundo donde la gestión capitalista está crecientemente en manos de países no occidentales y, por tanto, más cerca de la voluntad de construcción de las hormigas extremoorientales y del arqueofuturismo con ecos estalinianos que supone la profundización en lo eurasiático de una Rusia cada día más hostil a los antivalores de la senilmente esclerosada "vanguardia" occidental, ambos REALISMOS (estaliniano y randiano) son más REALES como estética de Lo Por Venir que todo el reality deconstructivo que (desde su paradójica autoafirmación canónica) los despreció y ninguneó.
SUBCODA THATCHERIANA
Queda la incógnita, en cuanto a lo de la mujer presidente, sobre cómo habría asimilado AR la figura de la Thatcher, cuyo exitoso caudillaje del conflicto de las Falkland (guerra iniciada un mes más tarde de su muerte y se supone que justa según los criterios randianos: en respuesta a la agresión a un territorio poblado por súbditos británicos) y su decisivo rol liderando el menage a trois (junto con Reagan y el bicéfalo "amigo polaco" Wojtyla/Walesa) que consumaría la política liquidacionista de Gorbie con la URSS más la aplicación de recetas más ortodoxas que las de Reagan en cuanto a resetear y derrumbar el "socialismo" de UK, seguramente la habrían impactado.
Y, pasado el resacón de tantos triunfos thatcherianos, entre las ruinas que acabarían deparando tales triunfos no muy bien administrados por sus sucesores, ¿qué diría AR de esa criatura como sacada de LOS QUE VIVIMOS,
Natalia Poklonskaya, gemela moebianamente antagónica de su heroína Kira? ¿Cómo digerir sus peripecias en el rompeolas de intereses encontrados que pondría patas arriba el discurso randiano sobre Rusia y la habría obligado a encararse (por fin de manera consciente) con la impepinable realidad de que ella sólo conoció vivencialmente, de primera mano, aquello que más tarde continuaría combatiendo obsesivamente en territorio usaco, esto es, la insidiosa mixtura de la NEP y el contracultural caos bolcheWOKE? Porque, por imperativo de infancia o más tarde de lejanía, sólo podía atacar desde un plano teórico, propagandístico, nunca visceralmente existencial, la conjunción imperial que hoy marca los destinos de Natalia, el legado de los zares y la construcción estaliniana. Tanto en sus ficciones como en el reality sectario de su aventura objetivista (BIG SISTER IS WATCHING YOU, acertó el amebiano converso Whittaker Chambers, aunque viniendo de él la paráfrasis más que baldón es timbre de gloria) se agitan latencias que sacuden magmáticamente las placas tectónicas de su empecinada consciencia, que yo encarno en dos rusificados como la zarina Catalina (no hallo desatinada la coincidencia de que la misma actriz británica encarnase en tv tanto a la
zarina como a la propia
Ayn Rand) y el padrecito georgiano. AR pretendió, por el contrario, "USificarse" y su vehemente defensa del modelo ideal de su país de adopción (un capitalismo que acaba estallando las costuras de aquello que defiende), en el fondo tenía más de eurASIATICO (por emergente y desarrollista: resulta muy sugerente un careo entre no pocos momentos del discurso randiano y las muchas muestras del locuaz Lee Kuan Yew explicando con su claridad de Pero Grullo cómo llevó en pocos años a Singapur de un lodazal tercermundista a un estado/empresa situado en la vanguardia del mundo desarrollado y referente capital para las transformaciones tanto de
China como de
Vietnam, así como seguido con atención en Japón, Surkorea y Taiwan, sin olvidar al espacio
eurasiático) en su voluntad implacable de construcción que del ludismo decadente que las latitudes por donde se pone el sol estaban empezando a seguir priorizando el consumismo desenfrenado y los atajos victimistas de promoción social (a fin de cuentas, el mito del jovial Stajanov, que disfruta trabajando, no parece muy lejano de Howard Roark, o de la propia AR, tan poco dados a la indolencia, incapaces de asumir el ocio).